Ansiedad

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Ansiedad

Terapias para la ansiedad

La ansiedad conlleva un conjunto de emociones y sentimientos que se viven (cada vez con más frecuencia) a lo largo de nuestra vida. La ansiedad, a pesar de lo que en muchas definiciones puede aparecer, NO es una respuesta adaptativa, sino una respuesta que nos causa dolor y sufrimiento. La ansiedad NO es necesaria para el desempeño de nuestras labores del día a día. De hecho, la ansiedad es muy incapacitante y necesita tratamiento con terapias para la ansiedad.

Síntomas físicos de ansiedad

Estos son los síntomas físicos de la ansiedad:

  • Sudoración
  • Temblores
  • Aumento del ritmo cardiaco
  • Problemas gastrointestinales
  • Hiperventilación

Síntomas psicológicos de ansiedad

Estos son los síntomas psicológicos de la ansiedad:

  • Sensación de inquietud o nerviosismo
  • Sensación de miedo
  • Dificultades en la concentración durante el día a día
  • Problemas de sueño
  • Dificultad para gestionar los pensamientos de preocupación

Causas de la ansiedad

Para poder conocer las causas de la ansiedad no existe una causa determinada y específica que desencadene un cuadro de ansiedad. Parece haber varios factores que juegan un papel importante, pero aún es algo que se sigue investigando. Algunos de estos factores son las experiencias traumáticas o factores de orden biológico, como la heredabilidad de ciertos rasgos de personalidad o incluso la bioquímica cerebral.

Tipos de ansiedad

Estos son los tipos de ansiedad:

  • Agorafobia:

    a pesar de que está muy extendido que es un tipo de ansiedad que consiste en el “temor a espacios abiertos”, lo cierto es que no es del todo exacto. Ya que este tipo de trastorno se fundamenta en temor a lugares y situaciones que pueden causarte mucho miedo o situaciones que nos pueden provocar el temor a sentirnos atrapados/as o indefensos/as.
  • Trastorno de ansiedad a causa de una enfermedad:

    es el que conlleva síntomas y signos de ansiedad relacionados con una enfermedad específica.
  • Trastorno de ansiedad generalizada:

    conlleva una preocupación y malestar persistentes y de mucha intensidad en actividades de la vida cotidiana, así como en todo tipo de situaciones. La preocupación suele ser desproporcionada con respecto a la exigencia de la situación específica, difícilmente controlable y afecta a todos los niveles. A menudo suele coexistir con otros trastornos de ansiedad o con trastornos depresivos.
  • Trastorno de pánico:

    se manifiesta en episodios que se repiten, en los cuales existen sensaciones de miedo muy intensos que alcanzan un nivel máximo en minutos (ataques de pánico). En estos episodios una persona puede padecer todo tipo de síntomas físicos, tales como hiperventilación, palpitaciones, sudoración o incapacidad de movimiento. Los ataques de pánico pueden generar a la persona que los ha sufrido la preocupación y el miedo de volver a sufrirlos, lo que en general se traduce como un aumento de la ansiedad anticipatoria a estos episodios.
  • Mutismo selectivo:

    es un tipo de ansiedad muy específico, que normalmente se da en niños y niñas. El mutismo selectivo se traduce en una incapacidad persistente para hablar en situaciones específicas, tales como en el colegio, aunque también en el ámbito familiar.
  • Trastorno de ansiedad por separación:

    es un trastorno que también se da en la etapa infanto-juvenil y se caracteriza porque aquí la ansiedad es excesiva para el nivel de desarrollo psicoafectivo del niño o niña y dicha ansiedad está relacionada con la separación de los padres o aquellas personas que cumplen una responsabilidad de crianza y educación y con las que niños o niñas tienen un vínculo afectivo.
  • Trastorno de ansiedad social o fobia social:

    implica síntomas y signos de ansiedad con una intensidad muy elevada, así como miedo, rechazo y evitación a situaciones sociales. Estos sentimientos se dan, normalmente, debido a la vergüenza y preocupación por ser juzgados, evaluados o percibidos de manera negativa por otras personas.
  • Fobias específicas:

    se caracterizan por una alta intensidad en los signos y síntomas de la ansiedad, particularmente cuando una persona se expone a un objeto o situación específicos (llamados estímulos fóbicos), y existe un deseo de evitarlos.
  • Trastorno de ansiedad inducido por sustancias:

    es aquel en el que aparecen síntomas de ansiedad o pánico muy intensos y que son el resultado directo del consumo de sustancias tóxicas (ya sean legales o ilegales).
  • Otros trastornos de ansiedad específicos y no específicos. Son aquellos en los que existen signos y síntomas de ansiedad que no coinciden con ninguna etiqueta diagnóstica de las que se han mencionado justo arriba.

Tratamiento de la ansiedad

El tratamiento de la ansiedad tiene como objetivo calmar y controlar los síntomas que nos provoca la misma. Existen muchos tratamientos para la ansiedad, pero los más frecuentes son los tratamientos psicoterapéuticos (terapia de psicología), tratamientos farmacológicos y tratamientos mixtos.

Al igual que sucede con los trastornos de ansiedad, es muy poco recomendable el establecer un tratamiento únicamente farmacológico y, como mínimo, se recomienda que, si este se ha iniciado, se combine la terapia psicológica. En muchas ocasiones, la terapia psicológica, por sí misma, puede llegar a reducir muy considerablemente e incluso paliar algunos trastornos de ansiedad.

Dependiendo del tipo de ansiedad que una persona padezca, así como de otras muchas variables personales de dicha persona, el profesional será la persona mejor cualificada para determinar el tipo de tratamiento y, la encargada de explicar cómo se llevaría a cabo dicho tratamiento.

Consecuencias de la ansiedad

Existen muchas y muy diversas consecuencias de sufrir ansiedad. Como ya hemos visto, al existir muchos tipos de ansiedad, el propio tipo de ansiedad que estemos evocará consecuencias, de entrada, diferentes (no es lo mismo una fobia a volar que un trastorno de ansiedad generalizado).

La ansiedad, no obstante, en cualquiera de sus formas, posee un carácter limitante en nuestra vida cotidiana, que en muchos casos se manifiesta en preocupaciones excesivas, tendencia a evitar estímulos en forma de lugares, situaciones o personas. Además, la ansiedad suele tener una condición de permanencia en el tiempo, no limitándose a experimentar síntomas y signos puntuales y/o aislados.

Por lo general, la ansiedad afecta a todas las esferas de nuestra vida, sobre todo a la esfera laboral, académica, íntima, social y sexual.

Diferencias entre ansiedad y estrés

A menudo muchísima gente utiliza los términos estrés y ansiedad como si estos conceptos fueran sinónimos. Lo cierto es que no lo son, de hecho, tienen diferencias muy significativas.

En primer lugar, el estrés es una respuesta psico-fisiológica ante un estímulo o conjunto de estímulos (situaciones, por ejemplo). El estrés no tiene por qué ocasionar sufrimiento en las personas. De hecho, existe lo que comúnmente se conoce como “estrés positivo” o también llamado “eustrés”, que serían aquellas reacciones que nos permitiesen afrontar una determinada situación de la mejor forma posible. Por ejemplo, una respuesta de estrés ante un examen sería aquella que nos permitiera obtener el nivel de concentración óptimo para minimizar nuestros errores en el desarrollo del examen. Sin embargo, también contamos con el llamado “estrés negativo” o distrés, que implicaría una reacción no adaptativa, que supondría un estado no óptimo para afrontar situaciones amenazantes, sino más bien disfuncional o contraproducente. Si seguimos el ejemplo del examen, una respuesta de distrés supondría el afrontamiento de la prueba con un estado poco o nada compatible con un desempeño óptimo en dicha prueba.

El estrés, tal como se describe, está muy relacionado con los estímulos estresores y, normalmente, cuando el estímulo estresor desaparece, la respuesta de estrés también.

Por otro lado, la ansiedad no es una respuesta adaptativa a un estímulo o conjunto de estímulos. La ansiedad es un estado de activación fisiológica, concretamente del Sistema Nervioso Simpático, que forma parte el Sistema Nervioso Autónomo. Tiene unas manifestaciones mucho más significativas en cuanto a afectación, temporalidad e incapacitación, de manera que se cataloga en forma de trastornos que requieren de tratamientos específicos pautados por profesionales de la salud mental.

Además, la ansiedad suele persistir cuando la dificultad o el problema ya no existen e incluye preocupaciones y miedos que no cumplen ninguna función.

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