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Anorgasmia femenina

Puede que este concepto no te resulte familiar, sin embargo, la anorgasmia o falta de orgasmo, es la dificultad sexual más prevalente entre las mujeres. Se estima que su incidencia abarca del 10 al 42% de la población femenina, donde alrededor del 10% nunca ha experimentado un orgasmo.

¿Qué es la anorgasmia femenina?

La anorgasmia vendrá definida como una incapacidad o imposibilidad de la mujer para alcanzar el orgasmo en casi todas o todas sus actividades sexuales tras una fase de excitación normal y una estimulación que puede considerarse adecuada en duración, tipo e intensidad. Según el DSM-5, esta situación tiene que haber persistido durante unos seis meses como mínimo y tiene que causar un malestar clínicamente significativo a la mujer.

En este punto, debemos tener en cuenta que a lo largo de nuestras vidas pasamos por circunstancias puntuales que pueden ocasionar esta falta de orgasmo, como periodos de gran estrés, sin que esto suponga la presencia del trastorno. También debemos tener en cuenta que el orgasmo no es un fenómeno de “todo o nada” y que su intensidad y duración puede ser diferente en cada una de nosotras e incluso en nosotras mismas en momentos distintos de nuestra vida, por lo que no debemos caer en el error de patologizar variaciones normales en el orgasmo. Por otro lado, cada una de nosotras puede conseguir el orgasmo a través de diferentes prácticas sexuales (coito pereano-vaginal, estimulación del clítoris, sexo oral…) sin que unas sean mejores que otras y que, como he mencionado arriba, los orgasmos de cada una en comparación con las demás pueden tener diferente intensidad y duración, sin ser, tampoco, unos orgasmos mejores que otros.

¿Cuáles son los diferentes tipos de anorgasmia?

Podemos diferenciar 4 categorías de anorgasmia:

  • Anorgasmia primaria: mujeres que no han tenido nunca un orgasmo ni a través del coito, ni mediante masturbación, ni estimulación directa por parte de otra persona ya sea con la mano, boca, juguete sexual o, cualquier combinación de lo anterior.
  • Anorgasmia secundaria: mujeres que, tras una época de haber experimentado orgasmos con normalidad, dejan de hacerlo.
  • Anorgasmia situacional: cuando solamente alcanza el orgasmo con determinados tipos de estimulación, persona o situación, pero no en todas las ocasiones.
  • Anorgasmia generalizada: la mujer no alcanza en orgasmo en ningún caso, independientemente de los factores y circunstancias que intervengan.

 

¿A qué se debe la anorgasmia?

Esta dificultad sexual es debida mayoritariamente a factores psicológicos, tal y como dicen Masters, Johnson y Kolodny (1987) el 95% de los casos se deben a dichos factores, estando tan solo un 5% desencadenados por factores orgánicos.

Causas orgánicas

  • Enfermedades crónicas (tales como la diabetes)
  • Estados de carencia hormonal
  • Lesiones o infecciones pélvicas
  • Trastornos neurológicos (como lesiones medulares)
  • Desgarros
  • Consumo de drogas o fármacos tales como alcohol o antihipertensivos.

Causas psicológicas

  • Falta de experiencia o práctica sexual
  • Ausencia o estilo de masturbación
  • Actitudes y creencias negativas hacia el sexo
  • Experiencias sexuales traumáticas, miedos y fobias sexuales
  • Rol pasivo de las relaciones sexuales
  • Culpabilidad por mantener relaciones eróticas
  • Baja autoestima e inseguridades respecto a la imagen corporal
  • Ansiedad excesiva asociada a la conducta sexual
  • Depresión, ansiedad o alteraciones de la personalidad
  • Comunicación ineficaz y hostilidad hacia la pareja sexual
  • Aburrimiento o monotonía en las prácticas sexuales
  • Disfunciones sexuales del compañero/compañera sexual como, por ejemplo, la eyaculación precoz
  • Miedo a perder el control (a gritar descontroladamente, a desmayarse o a perder el control de alguna de sus funciones corporales)

¿Cómo solucionarlo?

Aquí te vamos a dar algunas claves de cómo abordar esta dificultad desde el punto de vista psicológico, ya que, si sospechas que puede deberse a una causa orgánica, te aconsejo que acudas a tú médico para que evalué tú caso en particular. Algunas de nuestras propuestas son:

  1. Conócete. Es muy importante tener un buen conocimiento de nuestro cuerpo y genitales para poder saber lo que nos gusta y lo que no. Un primer paso puede ser la estimulación sensorial de diferentes zonas de nuestro cuerpo que no impliquen las zonas genitales, explorando y acariciando diferentes partes y atendiendo a que zonas nos resultan más gratas y placenteras. Puedes hacer esta actividad mientras te das una ducha. Sin prisas, olvidándote del reloj y de las preocupaciones, atenta solo a las sensaciones.
  2. Conócela. Si, efectivamente me refiero a la vulva. Es importante que realices una exploración igual que la anterior pero esta vez, centrada en las zonas genitales. Te invito a coger un espejo, que lo pongas entre tus piernas y observes cada rincón de tú vulva con calma, acariciando diferentes zonas de la misma y permitiéndote descubrir y sentir nuevas y placenteras sensaciones. Conoce también a ese compañero llamado clítoris y juega con él.
  3. Céntrate en ti. Cuando estés acompañada, es importante que te sitúes en tus necesidades, gustos, sensaciones y no únicamente estés pendiente del disfrute de la otra persona, ya que, si te centras demasiado en el otro/otra, corres el riesgo de desconectar de tus sensaciones y de tú disfrute.
  4. Comunícate. Otra de las claves es la comunicación, no dudes en indicarle a tu pareja sexual que tipos y formas de estimulación te resultan más agradables y placenteras.
  5. Relájate y date el permiso de disfrutar. Para disfrutar es fundamental prestar atención a tus sensaciones, excitación, deseo. Por lo que, si sientes que comienzas a pensar en otras cosas, puedes centrarte en tú respiración y en fantasías que te reporten placer y excitación. Si estas acompañada, una vez que te centres en tú respiración, puedes atender a la de tú pareja sexual, en su jadeo, en los besos, las caricias…
  6. Tócate durante el coito. Si te apetece conseguir el orgasmo durante la penetración puedes usar la técnica de apuntalamiento, que consiste en estimular el clítoris durante la misma. Se puede acompañar esta técnica con movimientos de empuje para favorecer también la estimulación de este.
  7. Ejercita tú suelo pélvico. Esto puedes conseguirlo a través de los ejercicios de Kegel, los cuales fortalecen los músculos del suelo pélvico que sostienen el útero, la vejiga y una porción del intestino. Ya que, muchas veces, una debilidad del suelo pélvico puede dar lugar a la disminución de la sensibilidad e intensidad del orgasmo.
  8. Utiliza juguetes sexuales. Otra opción es la incorporación a tú vida sexual de dildos que te ayuden a disfrutar de nuevas sensaciones placenteras.
  9. Juega en pareja. Si tienes pareja o un compañero/compañera sexual, podéis jugar a que los genitales están prohibidos, tocando y estimulando otras partes del cuerpo pero no los genitales. De esta manera, podréis experimentar sensaciones o descubrir nuevas zonas placenteras de las que anteriormente no os habíais percatado.

Estos son algunos de los consejos que puedes seguir, sin embargo, no debes olvidar que el objetivo primordial es disfrutar y no lograr nada concreto como podría ser el orgasmo.

El orgasmo es una parte más del placer, y se pueden tener relaciones eróticas altamente satisfactorias a pesar de no tenerlo o tenerlo con baja asiduidad. De hecho, muchas mujeres que rara vez o nunca experimentan orgasmos refieren un alto grado de placer en sus relaciones sexuales.  Al fin y al cabo, el orgasmo tiene el valor que nosotras le demos y hay mundo más allá de él.

Referencias bibliográficas:

American Psychiatric Association. (2015). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. DSM 5. Madrid: Panamericana.

Belloch, A., Sandín, B., y Ramos f. (2008). Manual de Psicopatología. Volumen I. Madrid: Mc Graw Hill.

Outeiriño, J. P., Pérez, A. R., Duarte, A. V., Navarro, S. M., & Blasco, J. L. (2007). Tratamiento de la disfunción del suelo pélvico. Actas Urológicas Españolas31(7), 719-731.

Vallejo, M.A. (2016). Manual de terapia de conducta. Tomo I. Madrid: Dykinson.

 


Mónica Álvarez

Nº Col. O-03091

2 respuesta a “Anorgasmia femenina”

  1. Soy María y he sufrido anorgasmia femenina durante bastante tiempo. Lo más importante es solicitar ayuda a tu pareja o a un profesional. En mi caso me ayudo mucho el apoyo de mi pareja, ya que trabajarlo conjuntamente te motiva más (o eso me pasó a mi). Dejo el centro donde asistí yo por si a alguien más le ayuda Institut Ret

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