Muchos y muchas tienen marcados estos días en sus calendarios. Como todos los años, comienzan las celebraciones por el evento (o mejor dicho, conjunto de eventos) conocido popularmente como PRIDE. Se trata de una semana de reivindicación, celebración y visibilidad.
El Pride se celebra en todo el mundo, aunque son pocos los países que consideran el respeto a la diversidad sexual como una prioridad social. De hecho, hay países en los que aún está prohibido celebrar esta fiesta y reivindicación.
El amor como revolución
¿Amor y revolución? ¿Qué tendrá que ver una cosa con la otra? Pues lo cierto es que tienen una estrecha relación en el contexto reivindicativo de la visibilidad y el respeto del colectivo LGTB.
El amor libre, hacia personas de nuestro mismo sexo, del sexo opuesto, o de ambos.
El amor propio, el amor que nos permite mostrarnos tal y como somos, sin tratar de encajar en ningún arquetipo.
El amor real, sin mitos, sin desigualdades, sin expectativas dañinas.
El amor expresado a través del cuidado de las personas, en todas las áreas de nuestra vida.
La educación sexual como herramienta
No son pocas las voces que tratan de silenciar un grito a la libertad en todas sus formas, representado con una simple pero poderosísima palabra: DIVERSIDAD.
La educación sexual está empezando a tomar protagonismo en todos los contextos de nuestras vidas. El cómo nos vinculamos y desvinculamos emocionalmente, el proceso de autoconocimiento físico, psicológico y sexual o la promoción de las relaciones sanas son solo algunos ejemplos de las temáticas tratadas en las aulas de institutos de educación secundaria en las clases de educación sexual.
Por desgracia, no contamos aún con una educación sexual reglada como cualquier otra asignatura dada en la educación primaria o secundaria. Pero los y las profesionales que nos dedicamos a esta labor vemos cada vez más cerca esta realidad.
Gracias a las intervenciones de educación sexual, las personas que se beneficien de estos conocimientos van a poder ser más felices, conocerse mucho mejor, saber poner límites, y vivir su vida sentimental y erótica de una forma sana y respetuosa. En términos sociales eso se traduce en la conciencia colectiva de la igualdad entre hombres y mujeres y una reducción de la violencia de género en todas sus manifestaciones.
¿Por qué una sociedad diversa?
No solo por mejorar nuestra sociedad.
No solo por hacer que las personas sean libres.
No solo por fomentar relaciones sentimentales y eróticas sanas.
No solo por visibilizar todos los hechos de diversidad sexual…
Sino por ellos, por ellas… por todas aquellas personas que fueron ninguneadas, humilladas, agredidas y asesinadas, simplemente por su identidad sexual o su orientación sexual… simplemente por sentir y sentir(se). Porque merecen que su sacrificio no haya sido en vano.