Trico…¿qué? Tal vez este término a priori no os suene demasiado, pero sí que os puede sonar ver en series o películas personajes que, en momentos de gran tensión emocional, estrés o aburrimiento, recurren a tirarse y arrancarse el pelo de diferentes partes del cuerpo siendo esta conducta el síntoma principal de la tricotilomanía.
¿Qué es la tricotilomanía?
Profundizando más en este término, la tricotilomanía se trata de un trastorno incluido dentro de los trastornos obsesivo-compulsivos y relacionados. Este trastorno consiste en arrancarse el pelo de forma recurrente lo que da lugar a su pérdida, así como intentos repetidos de disminuir o dejar de arrancarse el pelo. Este comportamiento de arrancarse el cabello causa malestar clínicamente significativo o un deterioro en el ámbito social, laboral y otras áreas importantes de funcionamiento para la persona.
El acto de arrancarse el pelo puede afectar a cualquier región del cuerpo donde este crezca (incluyendo las regiones axilar, púbica y perirrectal) aunque los sitios más frecuentes son el cuero cabelludo (zona de la nuca y cercanas a las orejas), las cejas y las pestañas (que pueden llegar a desaparecer por completo). Los sitios menos comunes son el vello axilar, el facial, el púbico y el de las regiones perirrectales.
En cuanto a la edad de aparición, Swedo y Rapoport (1991) diferencian dos formas clínico-evolutivas del padecimiento:
- Inicio precoz, de los 5-8 años de vida, de curso episódico, benigno y autolimitado con períodos cortos de agudización y remisión
- Comienzo tardío, la cual es crónica e incapacitante. Afecta a los adolescentes y adultos jóvenes o de mediana edad predominando en las mujeres.
Algunas personas tienen síntomas de forma continua durante décadas, y en otros éstos pueden aparecer y desaparecer durante semanas, meses o años. En el caso de los adultos, es frecuente que los primeros síntomas se hayan presentado en la adolescencia o infancia.
La persona puede arrancarse el pelo de un único lugar, pero también puede hacerlo de distintos sitios, y dichos sitios donde se tira del pelo pueden varían con el tiempo. Lo habitual es que las personas comiencen a arrancarse el pelo de uno en uno y vayan incrementando el número de zonas de donde se arranca el pelo.
El acto de arrancarse el pelo puede aparecer en forma de episodios breves repartidos durante todo el día o en períodos menos frecuentes, pero de mayor duración (horas), y esta conducta puede mantenerse durante meses o años.
Por último, dejar claro, que muchas personas retuercen y juegan con su pelo, sobre todo en aquellos momentos de elevada ansiedad, pero este comportamiento no basta para establecer un diagnóstico de tricotilomanía. Tampoco se da este diagnóstico en aquellos periodos cortos de arrancamiento del pelo que se presenta en los niños y niñas, los cuales se consideran un “hábito” temporal.
¿Cuáles son sus síntomas o por qué se produce?
El principal síntoma de la tricotilomanía es la necesidad de tirarse del pelo de forma recurrente, unido este síntoma, en ocasiones, a un creciente sentimiento de tensión antes de tirarse del cabello o cuando intenta inhibir ese comportamiento y un placer, gratificación o alivio tras tirarse del pelo. Sin embargo, esta sensación de placer desaparece ante la culpa que siente la persona por arrancarse el pelo, volviendo a producirse un incremento de la ansiedad y de la necesidad de tirarse del cabello introduciéndose en un círculo vicioso.
La persona también puede experimentar sentimientos de pérdida de control, molestia y vergüenza tras arrancarse el pelo.
Arrancarse el pelo puede ir acompañado de una serie de rituales, como, por ejemplo:
- Buscar un tipo específico de pelo para tirar (p.ej., los pelos con una textura específica o color)
- Extraer el pelo de una manera específica (p.ej., de manera que a raíz salga intacta)
- Examinar el pelo visualmente, al tacto o por vía oral
- Manipular el pelo después de haberlo arrancado
- Ingerir el pelo después de arrancárselo (tricofagia)
El acto de arrancarse el pelo puede implicar diversos grados de conciencia, algunas personas muestran una mayor atención a arrancarse el cabello (con una tensión previa y un alivio posterior) y otras personas exhiben un comportamiento más automático tirándose del pelo sin darse cuenta del todo. Muchas personas refieren una mezcla de los dos estilos de comportamiento. Algunas personas experimentan una sensación de “hormigueo” en la cabeza que se alivia al arrancarse el pelo y el dolor no suele acompañar a la extracción del pelo.
Los eventos más habituales que desencadenan este comportamiento son:
- Estrés
- Ansiedad
- Aburrimiento
- Estados de relajación
Por otro lado, es poco habitual que las personas se arranquen el cabello en presencia de otras salvo que sean miembros muy cercanos a la familia. Ciertas personas pueden tener el impulso de arrancar el cabello de otras personas y pueden tratar de hacerlo a escondidas. Determinados individuos pueden tirar de los pelos de las mascotas, muñecas y otros materiales fibrosos (p.ej., suéteres o alfombras).
Además de esta conducta, la mayor parte de las personas con tricotilomanía también presentan una o más conductas repetitivas centradas en el cuerpo como, pellizcarse la piel, morderse las uñas y mordisquearse los labios. Y también pueden presentar otros trastornos como ansiedad, depresión u otro trastorno obsesivo-compulsivo como el trastorno de excoriación (rascarse la piel, costras, acné y otras imperfecciones).
¿Cómo puedo solucionarlo?
En cuanto a la solución de este problema, existen diferentes intervenciones terapéuticas que nos van a permitir abordarlo con eficacia. Algunas de las más eficaces son:
- La Terapia Cognitivo Conductual (TCC)
- El entrenamiento en relajación muscular progresiva de Jacobson
- La toma de conciencia del comportamiento
- La realización de conductas incompatibles con el hábito
- La inversión del hábito
- La restructuración cognitiva
- Las autoinstrucciones
- El autorrefuerzo
- La exposición en imaginación en vivo
Por resaltar algunas de ellas, el tratamiento conductual de inversión del hábito presenta altas tasas de eficacia basándose en la idea general de reversión del hábito. Esta idea implica el aumento de darse cuenta sobre la ocurrencia del hábito e interrumpirlo por medio de otra conducta que compita con él, de forma que cuando se es consciente de lo que estamos haciendo hagamos otra conducta para evitar tirarnos del pelo, como, por ejemplo, cerrar el puño.
Sin embargo, a pesar de todos estos avances en su tratamiento, una de las principales barreras para el abordaje de este problema es el ocultamiento de las personas de esta conducta por vergüenza o, por la creencia de que no se puede hacer nada para tratar el problema. Desde Psiko, te animamos a no ocultar esta problemática que tanto malestar te produce y acudir a un profesional que te ayude a solucionar el problema y mejorar tú calidad de vida.
Referencias bibliográficas:
American Psychiatric Association. (2015). Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. DSM 5. Madrid: Panamericana.
Sarmiento, T., Guillen, V., & Sánchez, J. M. (2016). El tratamiento psicológico de la tricotilomanía: Un estudio de caso. Revista de Psicopatología y Psicología Clínica, 21(1), 57-66.
Swedo, S. E., & Rapoport, J. L. (1991). Annotation: trichotillomania. Journal of Child Psychology and Psychiatry, 32(3), 401-409.