Muchos se acordarán de una comedia que se titulaba “Como acabar con tu jefe”. En ella a tres amigos, hartos de sufrir diferentes tipos de acoso en el trabajo, se les ocurre otra “brillante” idea que la de asesinar a sus respectivos jefes. Esta película intenta hacer una parodia de un fenómeno, que tristemente, es demasiado habitual y que genera gran sufrimiento en quienes lo sufren.
¿Qué es el acoso laboral?
En cualquier organización es inevitable que aparezcan ciertos roces, discrepancias o incluso algunos conflictos puntuales. Es importante no confundir este tipo de situaciones normales con el acoso laboral.
El acoso laboral o mobbing se puede definir como un encadenamiento de intentos o acciones hostiles en un período de tiempo corto, de una o varias personas hacia una tercera que actuaría como objetivo. El objetivo es destruir psicológicamente a la víctima y forzarla a una salida de la organización.
¿Cómo suele ocurrir?
Cada caso de mobbing vendrá condicionado por las variables concretas de cada organización. Aun así, suele haber unas características comunes a este fenómeno.
Todo empieza con un cambio repentino entre el acosador y el objetivo del acoso. La relación anterior podía haber sido neutra e incluso positiva, pero de repente se torna muy desagradable. Esto naturalmente deja bastante desconcertado a la víctima, que intenta infructuosamente buscar una explicación de este cambio, atribuyéndose en la mayoría de los casos la culpa de esta nueva situación.
Se inician entonces críticas o ataques indiscriminados sobre su trabajo, ideas, conductas o imagen. Es muy importante señalar que todo esto es independiente de que el trabajo de la víctima sea o no de calidad.
Después se continúa dañando la imagen pública de esta persona mediante burlas, mentiras, exageraciones o rumores. Así poco a poco se va aislando a la víctima que ve más difícil la comunicación con los compañeros, se le aparta de algunas actividades sociales o le asignan tareas de menor interés.
¿Qué podría ser acoso?
Según Leymann, las conductas de acoso se pueden agrupar en cinco tipos diferentes dependiendo del objetivo de estas. La presencia de algunas de estas conductas por si solas no determina el mobbing, hay que ver este fenómeno como un todo. Estas son solo unos ejemplos:
Dificultar la comunicación de la víctima:
- Interrumpir cuando habla
- Amenazas verbales o por escrito
- Ignorar su presencia
- Rechazo contacto visual
Dificultar contactos sociales de la víctima:
- No hablar nunca de la víctima
- Puestos de trabajo aislados de los compañeros
- Prohibir contacto con la víctima
Desacreditar la reputación de la víctima:
- Difundir rumores o calumnias
- Cuestionar decisiones de la víctima
- Burlarse de sus conductas, orígenes…
- Atribuir a la víctima problemas psicológicos o alguna enfermedad
Reducir la ocupación y empleabilidad:
- Asignar tareas inferiores a su capacidad
- Asignar tareas absurdas
- Asignar tareas muy por encima de sus competencias
- Obligar a tareas humillantes
Menoscabar la salud física y psicológica:
- Obligar a tareas peligrosas
- Amenazar físicamente
- Agresión física y/o sexual
Efectos en la víctima
Toda esta situación provoca en poco tiempo que se vaya deteriorando la confianza en las competencias profesionales de la víctima. Poco a poco se experimenta una desvalorización que va reduciendo la autoestima.
Cuando la víctima puede acudir a recursos humanos o trasladar la situación a las personas competentes ya surte efecto el aislamiento y los rumores que han difundido el acosador/es, atribuyendo esta situación a problemas de la víctima.
Estos efectos en uno mismo junto con la respuesta social, van provocando paso a paso problemas de salud. Entre otras cosas se puede experimentar ansiedad, irritabilidad, dificultades para descansar, estrés, problemas en el estado de ánimo, conflictos en las relaciones sociales… Al sufrir todo esto es normal que el rendimiento laboral (entre otras cosas) disminuya, lo que puede reforzar la atribución de que somos responsables de esta situación.
Para finalizar…
Si algo podemos sacar de “Como acabar con tu jefe” (además de unas risas) es que uno de los pasos más importante es darse cuenta de la situación que estamos viviendo. Si se reconoce el problema que podemos atravesar, tenemos la oportunidad de buscar la solución más adecuada. Esta solución, con mucha probabilidad, pasará por un cambio a nivel individual y en nuestras relaciones con los demás, por lo que si se encuentran dificultades para llevarlo a cabo por uno mismo puede ser de gran ayuda un apoyo psicoterapéutico.