Psicología: según la RAE, se refiere a la ciencia o estudio de la mente y de la conducta en personas o animales. A esta definición se añaden otras, sobre las que me gustaría destacar la siguiente: “manera de sentir de un individuo o de una colectividad”. El diccionario Oxford añade una definición más práctica: “Capacidad para conocer el carácter de las personas y comprender las causas de su comportamiento”.
Y el psicólogo, según la RAE, es el especialista en psicología. O aparece como adjetivo para quienes cuentan con una “especial sensibilidad para el conocimiento del comportamiento humano”.
Por el contrario, cuando nos dirigimos a buscar la palabra Coaching, no aparece en la RAE. De hecho, no aparece en ningún diccionario en español, por lo que para definirlo me basaré en las definiciones que realizan algunos autores relevantes en la materia:
Para T. Gallwey se trata de un arte, “el arte de crear un ambiente a través de la conversación y de la forma de ser, que facilite el proceso por el cual una persona se moviliza de manera exitosa para alcanzar sus metas”.
Para J. Whitmore sería algo así como una técnica para ayudar a una persona a pensar por sí misma, a descubrir su potencial.
Las personas encargadas de realizar coaching son llamados Coach, para esto la RAE si tiene definición (traducida del inglés), “Persona que asesora a otra para impulsar su desarrollo profesional y personal” o también lo define como un entrenador.
Bien, por el momento las diferencias son abismales. La psicología es una ciencia llena de técnicas y el coaching una sola técnica. Vamos a adentrarnos en más aspectos.
Dentro de la psicología, un pilar básico es lo que llamamos la “alianza terapéutica”, ese ambiente inicial que se crea con el paciente, a través de la conversación. No todos los psicólogos consiguen realizar esta alianza adecuadamente con sus pacientes o clientes, esto puede suceder por varios motivos, pero eso no es lo importante. ¿confías en un fisioterapeuta o un médico que no “te cae bien”, que crees “no sabe mucho sobre lo que te ocurre”, o que no te está ayudando a solucionar aquello que te molesta actualmente? La respuesta probablemente es no, con los psicólogos pasa lo mismo.
No todos los psicólogos pueden ayudar a todas las personas, cada uno es especialista en su área y por su forma de ser podrá ayudar o no a una serie de personas.
Otro aspecto clave de la psicología que me gustaría aclarar es que no solo soluciona problemas, las funciones de la psicología son mucho más amplias. Las áreas clínica y sanitaría son las más dedicadas a la solución de problemas, pero muchas otras áreas de psicología, e incluidas las anteriormente mencionadas, trabajan sobre todo para impulsar el desarrollo de las personas, su potencial.
Desde la psicología aplicada, en un gran porcentaje de ocasiones, se trabaja para el aumento del bienestar y el rendimiento de la persona. El desarrollo y el proceso de cambio son fundamentales en la intervención psicológica, es decir, ir al psicólogo no es “malo”, no tiene por qué haber un problema grave.
Ahora mismo siento que en pocos párrafos he desmontado la utilidad del coaching, y tampoco es esa mi intención. Como psicóloga he decidido formarme en coaching, ya que considero que no son enemigos, ni tienen por qué estar reñidos.
Mientras que el coaching es una técnica, una herramienta que facilita el proceso de cambio de la persona, mediante la conversación, las preguntas, la reflexión, y dando gran importancia a las emociones de la persona, la psicología cuenta con cientos de técnicas diferentes. Incluso podríamos decir que el coaching es una de ellas. También existen otras técnicas más tradicionales (y directivas) totalmente en la línea opuesta.
Con esto quiero decir que el coaching no sirve para todo ni para todos, será útil a aquella persona que esté dispuesta a llevar su proceso de cambio guiada por esta técnica. Tampoco todas las técnicas de psicología y todos los psicólogos podrán ayudar a todas las personas, pero si es cierto que, buscando el profesional adecuado, este contará con un mayor elenco de técnicas que podrá utilizar para ayudarnos a mejorar, a cambiar, a solucionar un problema, o a aumentar nuestro bienestar general. Antes de pedir ayuda, busca a la persona más adecuada a tus necesidades, aumentarás las probabilidades de éxito.
Para acabar me gustaría dedicar unas palabras, tanto a aquellos que vienen de otras profesiones y ayudan a algunas personas mediante la técnica del coaching, como a mis colegas de profesión, los psicólogos: por favor, y por el bien de nuestra profesión, sed responsables con las personas a las que ayudáis, sed coherentes y sabed hasta donde podéis llegar. Es mejor decir “hasta aquí puedo llegar” y derivar a otro profesional, que continuar por miedo o inseguridad y perjudicar a la persona que depositó su confianza en nosotros.